Financing business concept. Man and girl with coins in their hands. Investors and investments, financial literacy, small business support. Sources of company income. Cartoon flat vector illustrationEl discurso oficial presume estabilidad macroeconómica y grandes proyectos de infraestructura, pero la realidad para las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) es muy distinta. Con más del 70% del empleo formal en sus manos, estas unidades productivas enfrentan un Presupuesto 2026 que aumenta la presión fiscal, limita la inversión pública productiva y mantiene riesgos crecientes en materia de seguridad y respeto a la propiedad privada.
México sostiene tasas impositivas elevadas en ISR (30%) e IVA (16%), con una recaudación baja de apenas 17% del PIB. La concentración en el sector formal deja a las PyMEs expuestas a revisiones y fiscalización constante, mientras la mitad de la economía en la informalidad continúa sin aportar proporcionalmente.
El Presupuesto 2026 refuerza las prioridades políticas: programas sociales y obras emblemáticas. Esto desplaza la inversión en infraestructura carretera, energía, agua, salud y educación. Para las PyMEs implica mayor costo logístico, limitaciones en servicios y menor certidumbre para invertir.
La deuda pública se aproxima a los 20 billones de pesos, con un costo financiero que compite directamente con el gasto en sectores productivos. Esto eleva las tasas de interés y encarece el acceso al crédito, limitando la expansión de las PyMEs y generando un entorno de mayor incertidumbre.
Las invasiones de terrenos, conflictos sociales y la extorsión al comercio añaden costos ocultos. Aunque la Constitución y leyes como la de Expropiación garantizan el respeto a la propiedad privada, la aplicación es débil y desigual. Para la PyME, esto se traduce en riesgos adicionales y en primas de seguro más altas.
Mientras se celebran acuerdos con grandes empresarios cercanos al poder, las PyMEs reciben apoyos limitados y dispersos. La narrativa oficial habla de inclusión, pero en los hechos el Estado sigue privilegiando a los jugadores mayores y estratégicos, dejando a la base productiva sin políticas de acompañamiento.
El Presupuesto 2026 no ofrece un cambio de rumbo para las PyMEs. Persisten impuestos altos, poca inversión en infraestructura, deuda creciente y un entorno de débil protección jurídica. El motor de la economía mexicana funciona sin combustible estatal y con más obstáculos que apoyos, dependiendo de la resiliencia propia de cada PyME más que de políticas públicas efectivas.
Por: Mario Sandoval
Domo de Cristal
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