HomeTendenciaDra. América Bautista, coordinadora general de la UAGro en la Zona Sur (Entrevista)

Dra. América Bautista, coordinadora general de la UAGro en la Zona Sur (Entrevista)

Staff Domo de Cristal
Rectora
  • “A mí, me dicen mucho, “es tiempo de mujeres”; yo creo que siempre ha sido, sólo que ahorita estamos arrebatando lo que se nos negó por tanto tiempo.

Por José Sobrevilla y Raúl Fraga/Historias de vida

Poseedora de una personalidad dinámica e inteligente, joven y con un gran futuro, la doctora América Guadalupe Bautista Salgado, quien actualmente (24/09/2025) es la coordinadora general en la Zona Sur de la Universidad Autónoma de Guerrero, UAGro, (que comprende la Costa Grande y la Costa Chica, las tres regiones económicas guerrerenses que están en la Ribera, en la orilla de Acapulco), es una reconocida y prestigiada defensora de los derechos humanos universitarios, y más allá, nos comentaron sus colegas.

América Guadalupe estudió la licenciatura y el doctorado en Derecho, con maestría en Comunicación y Relaciones Públicas y, desde su permanencia en la UAGro, ha sido dirigente estudiantil en la Fundación Universitaria Guerrerense; y antes de ser la coordinadora general de la Zona Sur, se desempeñó como directora de la Facultad de Derecho de Acapulco, de su alma mater. Le tocó participar en la transición de lo que fue la Escuela Superior, lo que hoy es la Facultad de Derecho. “Iniciamos con cuatro programas de estudios, entre ellos: Maestría en estudios de violencia, Doctorado en violencias y Derechos Humanos, con especialidad en identificación humana, peritajes sociales y análisis de contextos, y −de manera virtual− la licenciatura en Derechos Humanos. Anteriormente, en la facultad, se tuvo una especialidad en ciencias forenses como programa piloto.”

La Escuela Superior de Derecho creció tanto cuando se hizo facultad, que pasó de ser la sexta, a convertirse en la más grande de la Universidad Autónoma de Guerrero, aumentando de manera considerable la matrícula en todo el Estado, abriendo extensiones en Iguala, Tlapa y Tecpan, Guerrero, abarcando cinco de las siete regiones de la entidad. “Ahora ya son ocho, y en seis de ellas está la Facultad de Derecho”, comentó.

− ¿De qué parte de Guerrero es usted?

De Acapulco, con raíces del centro de Mochitlán, “lugar de abundancia” en náhuatl, y de Tierra Caliente, por parte de mi mamá.

− Una persona con su formación académica, ¿Cómo percibe el modelo de comunicación política de la 4T?

Ayer lo mencionaba, creo que vino a cambiar, no solamente en el sentido de la comunicación, sino en el ‘apapacho’ al pueblo, en el estar cercano a la gente; creo que transformó el esquema de comunicación en México, de que solamente pocos particulares tuvieran el monopolio de la misma; logró que más medios, más periodistas, más comunicadores, tuvieran la apertura de acceder a la información −de viva voz− de la primera autoridad del país; entonces eso, creo yo, revolucionó la manera de comunicar en nuestro México.

− Y, ¿Cómo impactó, aquí, regionalmente?

Por los siglos de los siglos, de manera, histórica, natural, Guerrero ha sido un estado muy cercano a la izquierda, y creo que afianzó mucho más los lazos de la Cuarta Transformación, 4T, con el pueblo guerrerense; creo que eso todos −indistintamente− lo hemos observado. “Yo lo viví los primeros años. Aunque yo no veía las mañaneras, mi mamá no se las ha perdido y, tampoco los programas que se hacen a partir de ellas, los análisis, pues cada vez se ha vuelto más cuatroteísta, más obradorísta y creo que eso es un reflejo de lo que yo veo en mi casa en muchas partes del Estado.”

¿Cuál ha sido la trascendencia que tiene la Universidad Autónoma de Guerrero, como formadora de nuevas generaciones, con el gran objetivo de saber comunicar, enseñar hoy las Tecnologías de la Información y la Comunicación? Cuestiona el periodista Raúl Fraga.

Tengo trece años impartiendo clases en la Facultad de Derecho y, precisamente, doy la materia de ‘Habilidades para la comunicación de las ideas’−materia que está en todas las carreras de la universidad, desde ingenierías hasta medicina−, donde hemos explorado la forma, como eje transversal del poder de la comunicación, y yo siempre digo a mis alumnos que ‘la comunicación lo es todo’. Estamos comunicando todo el tiempo y nosotros, como universidad, como docentes, tenemos la maravillosa oportunidad de compartir con nuestros estudiantes, sin gastar nada más que voz y corazón, transformar vidas, darles expectativas, esperanza, pero sobre todo de que sientan un acompañamiento que muchas veces en casa no lo tienen.

Si hablamos del tema de comunicación, desde la universidad tenemos esa posibilidad. Porque la universidad tendría que estar siendo este eje articulador de cambio de conciencia; no solamente para que piensen lo que los docentes les comparten, sino para que se atrevan a pensar no únicamente lo que aprenden en el aula, sino analizar las cosas que están aconteciendo alrededor, y ponerlos en la posición de ver todos los reflectores; porque en nuestra universidad, en las aulas, tenemos voces de muchos actores, incluso políticos, pero también de gente que viene de la montaña y se juntan en Acapulco a estudiar medicina, y traen contextos absolutamente distintos.

Eso abre la posibilidad de que nuestros estudiantes salgan con perspectivas mucho más completas… Algo que es muy conocido es que la Universidad, a lo largo de los años −desde su creación− ha sido un semillero de gente crítica, que ha dado voz a muchos movimientos sociales en el Estado, y que, desde luego, ha tenido un gran impacto en que las cosas sucedan, se transformen, en Guerrero.

Hoy, desde las distintas áreas del conocimiento, se han formado algunas carreras, especialidades, maestrías, que intentan atacar problemas sociales actuales; el tema de la Maestría de Estudios de Violencia y el Doctorado en Violencias, ayuda a hacer también este eje de comunicación con autoridades entre colectivos, víctimas y particulares. Por eso puedo decir que −para mí− la universidad ha sido un eje articulador.

− Doctora, ¿Cuál es el papel que juega la mujer en la UAGro, tanto como parte de la comunidad estudiantil, como de profesores en este proceso de enseñanza-aprendizaje, el rol de la maestría?

Vamos avanzando. Mi experiencia en la Facultad de Derecho, hace poco más de 20 años cuando fui estudiante, eran mayormente hombres los que estudiaban, y con el paso del tiempo se ha ido incrementando el número de estudiantes; incluso, cuando fui directora decidimos abrir extensiones en otros municipios; abrí únicamente Iguala y Tecpan, porque me queda a dos horas de Acapulco y es tan complicado; sin embargo, alguien, algún voluntarioso dijo, “¿por qué no abres en Tlapa?” Y la verdad mi miedo al viaje de cinco horas en carro, siete en autobús, era muy grande.

Las mujeres en la academia

La premisa era que, si abríamos la extensión Tlapa, debería haber el mismo número de hombres que de mujeres: conclusión, en nuestra extensión de aquel lugar hoy tenemos más alumnas mujeres estudiando que hombres. En las entrevistas que les hacíamos nos decían que habían dejado de estudiar porque sus padres habían preferido que fueran sus hermanos los que se prepararan en las aulas, porque las tendrían que enviar hasta Chilpancingo o a Puebla, que es lo más cercano que ellos tienen.

Acercar las posibilidades a las mujeres, como Universidad Autónoma de Guerrero, el apoyarlas, nos ha permitido regresarles el derecho, que por siglos les fue negado… y en cuanto a docentes igual: en la Facultad de Derechos siguen siendo mayor número de hombres; no obstante, durante mi periodo como directora, aumentamos el número de mujeres… ahí vamos poco a poco, creo que se va avanzando, en el actual rectorado del doctor Saldaña, de igual manera se abrieron espacios para mujeres; estamos ya en toma de decisiones importantes. Soy la segunda coordinadora en la Zona Sur, antes estuvo la doctora Xóchitl, que hoy es Secretaria General de la universidad, y en la Facultad de Derechos fui la primera mujer directora.

− ¿Cómo ha avanzado la UAGro en el posicionamiento y visibilidad de los derechos humanos?      

El derecho más importante es el de la educación, porque si no, si la gente de la montaña no supiera cuáles son sus derechos, no los podría defender, y tampoco tener acceso a ellos, porque no hay formación, por lo menos la mínima. Creo que hace falta mucho por hacer en todo el país; sin embargo, sí hay avances, creo que la 4T nos ha ayudado a los defensores de derechos humanos a allanarnos un poco el camino.

Les dicen a algunos colegas defensores de derechos humanos que tienen ellos la profesión “más suicida”, porque lo que quieren es que haya respeto a los derechos humanos, que la cultura de ellos esté permeada en todos los niveles; sin embargo, creo que hemos avanzado, hay factores como la violencia, como la delincuencia organizada, como muchos otros, que nos han estado limitando un tanto; sin embargo, creo que en la cultura desde niños, en los libros, incluso de nivel básico, ya está muy familiarizado.

Tengo un sobrino de jardín de niños y habla de derechos humanos, lo que quiere decir que se ha avanzado, algo que no teníamos antes. Yo recuerdo en mi primaria: pues sí, hablábamos de civismo, patriotismo, pero de derechos humanos, como tal, no. Hoy creo que hay un gran avance; sin embargo, éste radica en poder seguir transmitiendo a estas nuevas generaciones la necesidad de ser respetuosos de todos los seres humanos.

¿Cómo interpretar, valorar, estos avances que ya iniciaron aquí, en el campo de la violencia y el fenómeno delictivo?

Ningún esfuerzo va a ser menor. Muchos dicen, “está bien ser bastante académico, pero en la práctica…” Yo celebro que haya cada vez más líneas de investigación, tanto en estudios de violencia como en estudios de paz, que luego hasta entre ellos no concuerdan; pero es el mismo camino, ¿no?, buscar la pacificación de nuestro país; y yo creo que se tiene que seguir buscando los fenómenos, las causas de los fenómenos, se tiene que insistir en el ataque, lo que está haciendo el gobierno federal, el ataque a las causas, lo que decía hace un momento, el tema de las nuevas generaciones, cómo encaminarlos, cómo darles las oportunidades, las facilidades.

Un niño sin hambre, estudia mejor; eso me queda claro; me ha tocado comparar: dar clases un día en Iguala y al otro día en Tlapa y, desde luego, que es completamente distinta la forma en cómo tenemos que enseñar; pero también cómo ellos aprenden, y el darle las oportunidades creo que en eso va a radicar el poder salir de este gran problema y el real ataque a las causas; sin embargo, el tema de las líneas de investigación que se están llevando en nuestra universidad, creo que está dando alternativas a los gobiernos que nos quieran escuchar.

Desde luego, eso también hay que decirlo, para mejorar la situación del Estado… en alguna ocasión escuché en una conferencia, que decían “la violencia es como la materia, no se crea ni se destruye, sólo se transforma”, pero hacia dónde la estamos transformando con más violencia y hacia dónde estamos yendo si no estamos atacando sus causas.

− A estas alturas de la Cuarta Transformación, ¿Cómo ve la ‘revolución de las conciencias’ que tanto habló Andrés Manuel?

Tendremos que generar más conciencia. En la universidad tenemos una gran oportunidad; trato de transmitírselo a mis grupos siempre que doy clases, porque nuestros jóvenes −con las nuevas tecnologías− se pierden de repente en cosas que no les construyen, no les edifican la mente: a lo mejor te ríes, te llenas un rato el alma, pero el pensamiento, la mente, creo que debemos confrontarlos más, pero esto desde niños; hacerlos también ver la realidad de la situación (…) que no vean solo lo bonito y lo que aparece en algunos medios o redes sociales, sino que vean la realidad. Eso también les hace pensar distinto.

La revolución de conciencias creo que va muy bien. La gente ya no escucha fácilmente −lo vemos ahora en las elecciones−, la forma en que intentan seguir comprando conciencias, y la gente acepta todo y se mantiene firme en la idea de estar con la 4T; y sabemos que aquí, en Guerrero, indistintamente de quien sea el candidato, hay una convicción, seguramente por el hartazgo, pero también por esta revolución de… “oye qué bueno que ya llega a mí el apoyo de manera directa y no me lo jinetean tres o cuatro líderes como antes”.

Estábamos en un letargo que nos impedía avanzar y, lo veo en la universidad, cada vez tenemos más jóvenes queriendo estudiar el nivel medio superior, la preparatoria, porque saben que van a tener una beca, y que con ella podrán comprar sus uniformes. La gente puede quejarse de muchas cosas, pero también están ayudando a los que quieren salir adelante; dicen que es obligación del gobierno, sí pues, pero antes también lo era y no lo hacían; entonces, creo que vamos bien en el tema de la revolución de conciencia: tenemos que hacer mucho.

Respecto al papel que juega la mujer por hecho de tener a la primera presidenta femenina en el país, la Dra. América Bautista señaló que se siente plenamente representada por el arribo de una mujer profesional, con sólida preparación académica y larga trayectoria en la tarea pública: “fui de las que lloró el día del grito porque hoy se nos está nombrando; estos pequeños cambios, estas pequeñas transformaciones de cambiar una simple letra, a nosotras nos hace sentir incluidas, sentir que hoy sí estamos tomadas en cuenta” (…)

“A todas nos costó estar donde estamos: mi abuela no estudió, mi mamá tuvo la gran posibilidad de ser maestra, mi bisabuela era mujer de armas, pero pues no tenía el poder de decidir en una comunidad; sin embargo, creo que todas estas historias que conocemos de nuestras antepasadas, hoy nos tienen que decir, está una mujer al frente de nuestro país es muestra de toda la lucha, llanto, lágrimas, la sangre que cada una de las anteriores estuvieron derramando para que hoy tengamos esta posibilidad…” VER VIDEO

Entrevista realizada en Acapulco, Guerrero, el 26 de septiembre 2025, restaurante Mario Canario.

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