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Cinco razones por las que la economía mexicana no despega

Staff Domo de Cristal
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México atraviesa una paradoja: el país cuenta con oportunidades claras para crecer —desde el nearshoring hasta una población joven—, pero las está desaprovechando por decisiones políticas, institucionales y financieras equivocadas. A continuación, cinco factores clave que explican el bajo desempeño económico actual:

1. Trump regresa… y México no se prepara
Con Donald Trump perfilándose para regresar a la Casa Blanca, los aranceles vuelven a usarse como herramienta de presión. México, altamente dependiente del comercio con Estados Unidos, vuelve a estar en la mira. ¿La respuesta del gobierno? Ninguna. No existen planes de contingencia ni estrategias de diversificación comercial. El tipo de cambio ya muestra señales de tensión, y la inversión comienza a resentirse.

2. Justicia incierta, inversión estancada
La reforma judicial ya está en marcha. A partir de septiembre, se renovarán cargos clave mediante voto popular, lo que ha generado incertidumbre entre litigantes, empresarios y operadores jurídicos. El resultado: tribunales distraídos, resoluciones exprés y un desinterés creciente por garantizar certeza legal. Un poder judicial politizado ahuyenta la inversión.

3. Proyectos costosos, opacos y sin resultados
Los grandes proyectos del sexenio consumen miles de millones de pesos, pero siguen sin ofrecer beneficios tangibles. El Tren Maya, Dos Bocas y ahora los “polos del bienestar” representan más un gasto que una palanca de crecimiento. Mientras tanto, decisiones clave como la absorción del IMSS-Bienestar avanzan sin debate ni planeación.

4. El empleo formal no crece
El IMSS registra poco más de 1.3 millones de patrones activos, de los cuales el 95 % son micro o pequeñas empresas. Estos sostienen más del 80 % del empleo formal, pero la cifra está estancada. La informalidad laboral ya supera el 55 %, y los nuevos programas no abordan el problema estructural de fondo: la falta de incentivos reales para formalizarse.

5. Sistema financiero sin rumbo
Casos como Famsa, Crédito Real, Unifin, y ahora CiBanco e Intercam, evidencian que la supervisión financiera en México es débil. Las autoridades minimizan los riesgos sistémicos, pero las crisis se acumulan. El crédito se encarece, los inversionistas se alejan y el sistema financiero pierde credibilidad.

¿Y el crecimiento?
El PIB avanza a cuentagotas, la inversión privada no se recupera y el empleo formal sigue sin despegar. Mientras tanto, el gobierno continúa apostando por el gasto público sin control y una narrativa que ya no convence. Si no hay un viraje institucional pronto, México seguirá acumulando lo que más le cuesta: oportunidades perdidas.

Por: Mario Sandoval

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