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La baja de la inflación en los últimos meses ha mejorado el poder adquisitivo de los mexicanos para adquirir la canasta básica. A su vez, la disminución en las tasas de interés genera mejores condiciones para el acceso al crédito, tanto para empresas como para los gobiernos federal y estatales, así como para los consumidores en general.
La inflación general en México durante julio de 2025 se ubicó en 3.51%, lo que representa el segundo mes consecutivo de moderación de este indicador y su nivel más bajo desde diciembre de 2020.
Los datos, publicados el jueves 7 de agosto por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), muestran una clara tendencia a la baja de la inflación. Esto ha llevado al Banco de México (Banxico), encargado de la política monetaria del país y de mantener el poder adquisitivo de la moneda, a continuar con el recorte en la tasa de interés de referencia, lo cual favorece las condiciones para el otorgamiento de créditos.
De acuerdo con la institución que dirige Graciela Márquez, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) presentó un aumento del 0.27% en julio respecto a junio.
El Inegi recordó que en julio de 2024 la inflación mensual fue de 1.05%, y la anual, de 5.57%.
El índice de precios subyacente, que excluye los productos de alta volatilidad como combustibles y alimentos no procesados —y que se considera un mejor parámetro para medir la inflación estructural—, subió 0.31% mensual y 4.23% anual, según el reporte del Inegi.
Por su parte, el índice no subyacente, que sí incluye los productos con precios más volátiles, aumentó 0.13% mensual y 1.14% anual.
Una de las mejores noticias es que el índice de precios de la canasta de consumo mínimo, compuesta por 176 productos y servicios, creció solo 0.23% mensual y 3.60% anual.
La inflación anual de julio ya se encuentra dentro del rango de variabilidad del Banco de México, que es de 3% +/- 1%, por lo que el banco central ha optado por seguir reduciendo la tasa de interés de referencia.
El pasado jueves 8 de agosto, la Junta de Gobierno del Banco de México decidió disminuir en 25 puntos base el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día, ubicándola en 7.75%.
Cabe recordar que una tasa de interés de referencia alta puede tener efectos inflacionarios a largo plazo, dado que muchos consumidores utilizan tarjetas de crédito para adquirir productos de la despensa básica y otros bienes con baja elasticidad. Sin embargo, al hacerlo, enfrentan tasas crediticias elevadas, lo que encarece estos productos para el consumidor final.
Por otro lado, las tasas de interés altas benefician al ahorro, ya que vuelven más atractivas las inversiones a través de intermediarios financieros al mejorar la rentabilidad de los depósitos e instrumentos financieros.
Sin embargo, también aumentan el costo de la deuda para el gobierno de México, ya que se deben pagar intereses más altos por los compromisos adquiridos.
La reducción de la tasa de interés de referencia tiende a impulsar el consumo —al abaratar el crédito— y a dinamizar la actividad económica en general.
El repunte inflacionario de los primeros meses de este año generó preocupación en el segundo piso del gobierno de la Cuarta Transformación (4T), lo que motivó la elaboración de un plan conjunto con el sector privado para contener el alza de precios, especialmente de la canasta básica, que afecta principalmente a las familias de menores ingresos. Este plan parece estar dando resultados.
La presidenta Claudia Sheinbaum se reunió el pasado 12 de mayo en Palacio Nacional con empresarios del sector de tiendas de autoservicio, productores de alimentos y distribuidores para refrendar el Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC).
El costo de la canasta de alimentos de primera necesidad planteada en el PACIC se estableció en 910 pesos, acordado con empresarios en noviembre de 2024.
El plan trazado por la administración federal parece estar dando frutos: la canasta básica ha bajado de precio, y las tasas de interés de referencia han comenzado a disminuir.
La inflación, en sentido estricto, representa el impuesto más regresivo que puede afectar a la población, especialmente a quienes enfrentan mayores carencias de ingresos. Por ello, el segundo piso de la Cuarta Transformación no debe escatimar esfuerzos para frenar el alza en los precios de la canasta básica.
Por: Eduardo Esquivel Ancona
Domo de Cristal
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