Un caso envuelto en sombras y contradicciones… hoy, por fin, comienza a vislumbrarse un camino hacia la justicia.
Después de casi 20 años en prisión sin sentencia, Israel Vallarta, acusado de liderar la banda de secuestradores conocida como Los Zodiaco, fue liberado este viernes por la mañana.
Todo comenzó en 2005, cuando la televisión nacional interrumpió su programación para transmitir lo que parecía un operativo de alto impacto. Una de las cadenas más importantes del país presentó en vivo la supuesta captura de dos líderes criminales.
En pantalla aparecían Israel Vallarta y su entonces pareja, la ciudadana francesa Florence Cassez, arrestados en un rancho llamado Las Chinitas, al sur de la Ciudad de México. Policías armados, armas largas y una escena perfectamente montada daban la impresión de una operación contundente contra el crimen organizado.
Sin embargo, la verdad era otra. La transmisión no era en vivo ni espontánea: se trataba de una puesta en escena ordenada por las autoridades. Las declaraciones de Vallarta, transmitidas horas después, fueron obtenidas bajo amenazas y tortura.
El caso tomó fuerza mediática y política. Pero en 2006, la periodista Yuli García destapó las inconsistencias del operativo. Demostró que Vallarta y Cassez habían sido detenidos antes, mientras circulaban en carretera, y que lo mostrado en televisión fue una simulación.
Poco después, el propio Genaro García Luna, entonces secretario de Seguridad Pública —hoy condenado en EE.UU. por vínculos con el Cártel de Sinaloa— admitió que el operativo fue recreado para dar una imagen de eficacia.
Este montaje provocó un conflicto diplomático con Francia, pues Florence Cassez fue condenada en México. El gobierno francés, encabezado por Nicolas Sarkozy, exigió su liberación por las violaciones a sus derechos. Tras años de tensiones, la Suprema Corte mexicana la liberó en 2013 por graves fallas en el debido proceso.
Pero Israel Vallarta no corrió con la misma suerte. Permaneció casi dos décadas preso sin sentencia firme. Este viernes finalmente salió del penal de máxima seguridad del Altiplano, en el Estado de México, y se reunió con sus familiares.
A su salida, Vallarta aseguró que poco a poco comenzará a contar su historia. Confesó que, a pesar de todo, nunca perdió la esperanza.
Durante 20 años, guardó silencio, presionado por amenazas y violencia institucional. Entre rejas, perdió su juventud, a sus padres y gran parte de su vida.
Hoy, alza la voz con una sola intención:
hacer justicia a su propia historia.
Domo de Cristal
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